Con el gorjeo de los pájaros y/o el sonido del despertador, diariamente se abren los ojos de los seres humanos al percibir la luz del sol; han desaparecido o escondido las tinieblas de la noche, cubriendo todo de una claridad prometedora, hemos ingresado sin esfuerzo a la esperanzadora luminosidad de un nuevo día.
Cada persona luego del cumplimiento diario de cada rutina de vida, está segura que luego del trabajo u ocupación; terminadas las atenciones en casa y actividades adicionales: va al descanso nocturno, al amparo de la callada oscuridad de la noche.
Sumergidos en el íntimo misterio nocturno, ocurre un encuentro consigo mismo; se repasa, recopila y analiza experiencias buenas y no tan buenas ya vividas, se hace evaluación sincera y silenciosa de lo trajinado hoy con preguntas, inquietudes y respuestas mentales.
Más tarde en el tiempo se disipan las ideas, con el reposo y sin anuncio especial sin alquiler de espacio ni pago de boleto, se penetra en un mundo de paz y fantasía: el sueño como merecido descanso. Evadiendo y alejando así tenebrosas ideas, dudas de fallas y errores cometidos; temores de la oscuridad, de la inseguridad, soledad y dudas, incluyendo recuerdos preocupantes. Ventajosamente las fantasías del sueño se apropian totalmente de cada ser y tienen la virtud de brindar un espacio de mundos diferentes que alejan las inquietudes.
Mientras la naturaleza cumpliendo con el calendario de vida, proporcionó suficiente descanso y renovó fuerzas individualmente….se escucha el musical saludo de los pajaritos, festejando alegremente a la mañana a la luz de los claros ofrecimientos, promesas y esperanzas del nuevo día. Motivando así con energía el inicio del futuro con certeza y seguridad que se inició ya, comienza y se respalda en la claridad de la oferta mañanera. Este es un momento clave en la vida de todos, pues el brillo del sol o el sonido de las gotas de lluvia demuestran que aún respiramos y percibimos el entorno, son delicados regalos de ideales y estímulos para proyectar cada existencia en relación directa con lo que se vive y se aspira, se tiene o se busca.
Es valioso e indispensable adaptarse a las circunstancias que nos ofrece cada espacio de vida: recibirlas con confianza y fe, disfrutarlas, mejorar y pulirlas de acuerdo a cada realidad con auténtico esfuerzo y dedicación. Valorando la luminosidad y dinámica del nuevo día, hay la factibilidad de acción, de movimiento y pensamiento profundo, que nos ratifica que estamos vivos para actuar. Con plena capacidad de dar valor a cada existencia con el esfuerzo más sincero de honrar el don de permanecer existiendo decente y responsablemente en nuestro mundo.
Gitana del Viento
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