En el principio del mundo, cuando el sol estrenó su brillante luz e inmenso calor acariciando al Tercer Planeta del Sistema Solar durante el día; durmiendo tranquilamente en la noche: estimuló la vida en él; se escucho así el bullicio del vivir junto a la alegría y gratitud por su presencia. Pero hubo sitios en la tierra a los que no pudo entrar el sol, con sus mágicos rayos dorados porque eran recónditos túneles, quebradas, grutas sumidas en la oscuridad y el frío sin sol del interior de la tierra. Por la presencia del astro rey también hubo curiosidad y anhelo de percibirlo allí dentro. Pero no hubo ni llegó la presencia de luz ni calor, todos los fríos y tenebrosos subterráneos se sintieron olvidados y marginados de sus beneficios. Por los múltiples laberintos interiores de la tierra había ruidos, rumores de inconformidad, sonidos roncos y tenebrosos que convocó a una reunión en voz baja, para raptar un poco de sol.
Se planificó cuidadosamente el procedimiento, con la certeza de encerrarlo por siempre entre sus rocas y disfrutar también de luz y calor. Se preparó un espacio específico para apresarlo, era una geoda gigante con su abertura hacia arriba y se colocaron minerales bellos de piedras preciosas de colores y brillo excepcionales, tratando de emular la luminosidad solar. En su rebeldía quisieron competir con el sol y superarlo con su colorida presentación: el verde de las esmeraldas, rojo del rubí, amarillo del topacio, azul del agua marina y blanco y puro de los diamantes.
Una mañana cuando el sol envío sus perpendiculares rayos a la mitad del mundo, quedo sorprendido por el multicolor reflejo que recibió como respuesta de un lejano hueco terrestre. Inmediatamente ordenó al rayo de sol más rápido que vaya a investigar acerca de esa luminosidad multicolor que se veía. Como hijo obediente cumplió rápida y certeramente lo encomendado. Al acercarse al sitio quedo cegado ante tanto multibrillo y antes de poder retroceder quedo preso al cerrarse la salida, por un temblor del manto terrestre cómplice también del rapto.
Al no poder liberarse, empezó a recorrer a tientas por múltiples túneles de cuarzo, rocas y tierra sin hallar la salida. Debido a la oscuridad completa, rozaba y chocaba en muchos lados e iba dejando una huella dorada visible en las rocas, eran vetas de oro como testimonio de la visita solar. Le informaron al asustado rayo la nobleza del oro, metal que no se oxida nunca y brilla donde se encuentre es el rey de los metales tiene un nombre: ORO su rúbrica Au. Acepta alearse con cobre para hacer el oro rojo o con platino para el oro blanco. Su presencia en el interior de la tierra hace las apetecidas minas de oro, en forma de vetas sobre rocas y el rayito sigue siendo rey de las profundidades terrestres, como su astro padre El SOL.
Gitana del Viento
Que bonito como haces un cuento de la creación de piedras preciosas y oro gracias por transportarme