La Sinceridad al parecer: es algo que se espera de los demás, pero en realidad: es una actitud adecuada que debemos cultivar y vivir personalmente; para tener auténticos amigos/as; siendo dignos de confianza. Caracteriza a las personas por ser sinceras, congruentes en sus acciones y mantener su manera de vivir sustentada: en la veracidad de palabras y acciones.
Para ser sinceros: hay que procurar decir siempre la verdad, de las cosas e ideas basadas en la realidad auténtica; que no está en la palabra solamente, sino en actitudes y acciones, aparentando lo que no se es. Eventualmente por necesidad, hay la tendencia a mostrar una falsa personalidad y también se trata de lograr: la aceptación que se necesita.
El presentarnos tal como somos: nos permite demostrar nuestra verdadera personalidad con congruencia: entre lo que se dice y hace o piensa. Así se logra la aceptación de cualidades y limitaciones. Ser sincero: exige responsabilidad en lo que se expresa, limitando dar rienda suelta a la suposición y/o imaginación.
Indudablemente ser sincero requiere tacto; cuando se expresa opiniones sin conocer concretamente: los hechos realizaciones y/o suposiciones. Hay momentos que se requiere actuar, primeramente: conscientes que el propósito es ayudar y respaldar el esfuerzo y dedicación observada, evitando transmitir algo que puede incomodar, buscando la opción de encontrar el momento y lugar oportunos: que la persona escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar.
Muchas veces la sinceridad necesita valor, ya que no se justifica el dejar de decir las cosas reales; para no perder una amistad, o la apreciación que se tiene de nuestra persona; señalando las faltas en las que incurre, asociado al daño que provoca, y la buena convivencia, que debe haber en el equipo de trabajo.
Siendo sinceros se asegura la amistad y apoyo, nos convertimos en persona dignas de confianza por la veracidad y honestidad con los demás y con nosotros mismo; con nuestra conducta y nuestras palabras. Con el transcurrir del tiempo: la veracidad de nuestra conducta y nuestras palabras nos convierte en personas dignas de confianza.
Con el pasar de los días se genera la veracidad en nuestras palabras y acciones, que se transforman en una forma evidente de la manera de vida presente y futura; siempre confiable en todo tiempo, lugar y circunstancia. La sinceridad requiere y necesita siempre la verdad no solo individualmente; sino en la amistad como forma de vida, es una manera de ser confiables en todo momento, lugar y circunstancia.
Gitana del Viento
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