Normalmente se considera el ser feliz como el bienestar humano, y por ello más de una vez se confunde con la felicidad con los bienes materiales que se adquieren, con cierta certeza de que ellos proporcionarán la felicidad deseada.
Se debe comprender que los bienes materiales nos proporcionan bienestar, que dese luego no se relaciona con la felicidad. La Felicidad no esta individualmente en cada uno de nosotros, e increíblemente no se encuentra en cada uno de nosotros mismo, debe ampliarse dándonos a los demás, disfrutando la generosidad de la amistad.
El relacionarnos sinceramente con los demás, es una fuente invaluable de una auténtica felicidad que tiene múltiples manifestaciones: sea como ayuda, apoyo oportuno, escucha paciente; ya que en la medida que nos preocupemos honestamente con los demás, ofrece un horizonte de actitudes y acciones como gérmenes valiosos de verdadera felicidad y paz interior individual.
A no dudarlo los avances tecnológicos actuales, han creado una barrera invisible que separa a las personas del sentimiento de la amistad y los beneficios de las emociones humanas interiores que ofrecen y comparten; no hay que olvidar que estas son relaciones humanas individuales, concretas, auténticas y así no es fácil olvidarlos, haciendo brotar siempre en cada uno, el sentido de solidaridad humana.
De acuerdo con la conjunción de nuestra observación, comprensión, respaldo y preocuparnos realmente por los demás, si somos útiles y oportunos en el apoyo que se ofrece, se descubren dos cualidades valiosas: preocuparnos por nuestros semejantes y menos por nosotros mismos, con lo que nace en nuestra vida interior un nuevo sentido humanitario.
La forma que estamos viviendo en la comunidad es por tanto feliz, ya que cultiva bienestar comprensión y paciencia. Sin embargo, nuestra actitud positiva y esperanza permanente ayudan mucho en cada existencia individual, con proyecciones de paz interior y satisfacción de vida personal, con un alto sentido de solidaridad.
La Felicidad se relaciona con nuestra actitud hacia los avatares de cada vida que siempre están presentes, sin embargo, la esperanza permanente, la actitud positiva, la solidaridad efectiva, constituyen una forma de comunidad humana con esperanza permanente, de colaboración y respaldo.
De este modo se superan problemas y dificultades cotidianas, la felicidad se cultiva con esfuerzo constante y continuado, en el tiempo que se dispone. Ser optimista es una ruta que creamos nosotros en el transcurso vital individual, porque a pesar de que las cosas no salgan bien; se descubre que si hay algo que sale mal, siempre encontraremos personas que nos apoyarán para superar los problemas.
Para ser Felices en cada vida, es impostergable la obligación de ser útiles siempre que se necesite, no olvidar jamás que somos parte de una comunidad humana, en la que nos apoyan y nosotros debemos apoyar también. Es el secreto de la Felicidad Individual y Colectiva.
Gitana del Viento
Comments