Los humanos somos seres sociales, se cree y desarrolla entre semejantes y sobre todo se alcanza: felicidad, satisfacción y metas dentro de una sociedad y comunidad particular especial de amigos compañeros y familiares de toda la vida.
Sin embargo, en múltiples ocasiones y en varios casos a pesar de la convicción y buena voluntad; no se mantienen las interrelaciones agradables y óptimas con amistades, conocidos, compañeros, autoridades y aún familia. No hay explicación general que justifique estos eventos, simplemente no se sabe ¿por qué?
Es momento de analizar cada realidad de la interrelación y consigo mismo, condensando respecto a lo que se transmite oral y visualmente en grupo o individualmente. Conviene hacer una revisión en cuanto a los valores humanos fundamentales que se deben conocer y aplicar permanentemente: verdad, sinceridad, amistad y respecto como nomas cotidianas en el trato con los semejantes.
La verdad, es soporte seguro de toda acción y permite llegar a la justa razón de acontecimiento y soluciones, creando un marco de credibilidad, valoración y aprecio.
La sinceridad, es la transparencia en el pensar y obrar, convirtiéndonos en seres auténticos útiles y confiables
La amistad y respeto basadas en lo anterior deben estar ligadas; son importantes y valiosas porque unidas forjarán un ambiente cálido de afecto, seguridad, compañía y van a generar y mantener amigos para siempre, sembrando sentimientos en cada vida con aprecio, apoyo y cariño que hará sentir la certeza que no está solo.
El ingrediente fundamental para ser asertivo es adaptarse con paciencia y sapiencia, a lo que presenta la vida. Considerar en cada acción la relación entre personas con base en el diálogo honesto y respeto sincero; siempre tendrá un significado en que se trasluce según su forma de expresión: confianza o desconfianza, interés o indiferencia, calidez, seguridad, estímulo y tolerancia; comprensión y paciencia, emociones y sentimientos compartidos.
Todo este equipamiento interior existe en cada persona y se lo puede aplicar sin esfuerzo, es suficiente dejar fluir honesta y verdaderamente emociones y opiniones, manejando con afecto el diálogo en cada circulo de vida, con resultados siempre positivos y estimulantes
Al fundir sentires auténticos, principios de vida sin dobleces y comunicación sincera, mesurada; se puede tener la seguridad de no equivocarse, con discerniendo correcto saber priorizar lo apropiado, poder seleccionar lo merecido. Obrar con conciencia tranquila y límpida apreciación si ser asertivos.
Gitana del Viento
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