El transcurrir de los años y su peso en la vida es una fase irreversible del vivir, sin embargo, cada año se empieza confiadamente y con su inicio: nacen esperanzas, sueños e ilusiones grandes y pequeñas que los imaginamos y creemos diferentes, prometedoras…nuevas y manejables o aplicables.
Simplemente con haber vivido de múltiples y exclusivas formas, hemos ingresado todos al año 2022 y dentro de este acontecimiento se han sembrado diversas expectativas prometedoras, la cifra escrita en un número no modifica nada, porque las cosas no cambian sino la dinámica de cada vida con la participación de las personas y todos los seres vivos.
Este es el momento ideal para que vuelva a nacer con la mayoría, personas con mejores aspiraciones y metas concretas: propósitos y decisiones oportunas. El ingreso incierto al nuevo milenio no se ubicó en la cantidad de años que representa dentro del progreso personal, sino en el potencial que por convicción se debe tener en mente y corazón para lo que se va a invertir para hacerle significativo o diferente.
El único valor efectivo del tiempo que se cuenta ahora y aquí está en el interior de cada uno y en su manejo real y oportuno; si se hace esfuerzos conscientes por alcanzar metas nuevas y obras innovadoras entonces se está apropiando de un tiempo nuevo y promisorio con dedicación, constancia y entrega; materializando resultados ciertos para mejorar la calidad humana.
Así renace también la nueva persona con raíces fuertes afianzadas en la experiencia pasada ya vivida, creando proyecciones concretas y alcances futuros con conocimiento. Sobre todo, con la certeza de estar totalmente equipados por la vida, para caminar con confianza y seguridad un año más manejado día a día, con respeto al tiempo para alcanzar anhelos y objetivos exitosos con premios merecidos paulatinamente de acuerdo con la constancia, seriedad y dedicación.
Al ser personas activas y proactivas, contribuyendo de forma constante y concreta a la superación como seres humanos, útiles como profesionales y artífices reales en la elaboración efectiva de apoyo, respaldo y servicio para una vida mejor propia y del grupo.
La Actitud segura es la que complementa todos los ámbitos de la existencia propia y de quienes nos rodean: individualmente como humanos conscientes del compromiso de sí mismos, con el medio ambiente y su valor.
Enmarcados con certeza y verdad en la opción de ser felices durante el tiempo que se nos permita disponer.
Gitana del Viento
Commentaires