Es el valor humano que nos guía al correcto manejo del tiempo y recursos que se disponen, que evita el cultivo de caprichos y gustos que generan una falsa y simulada auténtica personalidad, es la sobriedad o ponderación personales, que nos permiten guiar hacia la administración responsable y sabia del tiempo disponible.
Ser sobrios es la aplicación acertada de la valoración precisa y adecuada de las cosas y acciones, manejando apropiadamente apetitos y/o deseos personales, creando un límite dentro de lo lógico y razonable, con lo inmoderado.
Indiscutiblemente el ambiente, publicidad e información errada e irresponsable, influye en el comportamiento individual de toda persona, transmitiendo falsas ideas de felicidad inconsciente con logros que se deben alcanzar de cualquier manera. Generando una sociedad consumista, que atiende solamente fachadas y erróneas valoraciones, sin sentido humano ponderado o responsable.
Estos factores afectan mente y corazón individual cultivando la sensación de la vanidad, que aparentemente brinda satisfacción y felicidad. Así nace la sociedad superficial y sentimentalmente ligera, valorando constantemente la apariencia de cada persona, sin reparar en la esencia y auténtica valía humana de cada uno/a. Esta actitud, afecta las realidades más importantes de cada vida.
Aprendiendo a ser sobrios individualmente en toda la trayectoria vital, puede guiar a dar el justo valor a las cosas y experiencias, habilitándonos para manejar con mesura nuestras tentaciones, y capacitándonos para establecer claramente límites entre lógico y lo desenfrenado. Creando respeto, presencia decente y desde luego acciones y actuaciones razonables y oportunas.
Culpar exclusivamente a la propaganda y/o comercialización de múltiples productos es falso, lo que influye individualmente es la manera que afecta a cada persona, que cifra los logros y satisfacciones que siembran vanidad y falsa felicidad; reconociendo además el capricho, sin analizar todo lo que significan ciertas adquisiciones y acciones. La ponderación o sobriedad en todas las actuaciones y palabras, es una guía inequívoca de auto valoración y lógica de vida; desde luego se impone el autodominio, como sustento fundamental de cada recorrido existencial.
Indudablemente para madurar perfectamente y manejar apropiadamente tanto al hablar de forma oportuna y de comunicar límpidamente; con verdad ideas y pensamientos útiles y reales, se está poniendo en práctica la sobriedad vital de cada uno que constituye un peldaño firme de momentos de esparcimiento, comprensión y amistad auténticas. Aplicar la ponderación/sobriedad en cada actividad, permite una buena administración y logro de metas luminosas, alegres, honestas y bellamente satisfactorias que renuevan juventud y alegría de vivir.
Gitana del Viento
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