Esta bella Patria llamada Ecuador, siempre nos sorprende con los cambios inesperados y temperamentales del clima: tenemos un soleado y cálido verano o cualquier momento poco o mucho frío de un húmedo invierno lluvioso; no falta la brisa que nos congela y el fuerte viento que nos despeina.
Todos sus habitantes conocedores de estas variaciones; nos preparamos: con una abrigada chompa a pesar del sol y /o vestidos ligeros debajo del mullido abrigo; así estamos listos para lo que ofrezca nuestro variable, clima.
En el camino del aprendizaje y esfuerzo por adquirir conocimientos se presentan también variaciones de diferentes tipos: sea por promoción de niveles, diferentes profesores/as o tutores; nuevas metodologías, cambios propios de la edad. Son transformaciones que no tienen tiempo ni medidas definidas como el clima. Sin embargo, toma un buen espacio de tiempo adaptarse organizarse y estar preparados, para seguir avanzando dentro de este proceso de crecimiento humano.
La capacidad de adaptación y éxito de la época juvenil es realmente enorme y más predecible que el clima ecuatoriano. Ahí está la presencia del estudiante inteligente, responsable para hacer las tareas y trabajos oportunos, sin temor para sus profesores más exigentes. El cumplido que gana al tiempo para evitar atrasos; el intuitivo que se informa con anticipación los temas que el/la docente presentan apresuradamente; y el consciente que se esmera en recuperarse de los tropiezos por notas bajas, entre múltiples juveniles personalidades más muy semejantes a las sorpresas climáticas ecuatorianas.
Son vivencias juveniles similares a las novedades de nuestro clima y exige actuaciones parecidas a la de los estudiantes, asumiendo personalidades que concuerdan con los caracteres que se comparten en la enseñanza-aprendizaje y nos capacitan para no quejarnos de nuestro clima y disfrutarlo en su versatilidad.
El cuidado de la salud como prioritaria preocupación personal, hace reaccionar apropiadamente ante el clima o sus sorpresas, prepararse y aprender a manejarse en cada uno de ellos también variable y exitosamente.
Igualmente, es provechosa la disposición anímica y mental, para los cambios graduales en cada existir; con disposición para superar cualquier escollo, aceptar con humildad los triunfos, superar con voluntad los tropiezos; todo lo cual beneficia a quien está en esta trayectoria y están dispuestos con fe y optimismo a continuar adelante.
Las variaciones del clima y del avance en experiencias y aprendizajes, invitan por igual a buscar soluciones precisas y oportunas que guiarán a ser triunfadores en la continuación y seguimiento del trajinar en esta vida.
Gitana del Viento
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