Hace muchos años, en América del Sur un país pequeño y hermoso por su ambiente limpio, tenía su naturaleza de verdes campos y árboles, fértiles tierras que producían abundantes choclos, papas, mellocos en las tierras altas de la Sierra, papayas, sandías, bananos en la Costa, maderas finas frutos exóticos en el Oriente; trayectoria y variedad científica natural en Galápagos. Todo ser viviente respiraba el aire saludable de energía límpida, salud y bienestar para todos.
La pureza ambiental era tan artística que su cielo azul era inmenso, ponía sueños de grandeza en quien lo miraba, mientras las blancas nubes cuando había dibujaban figuras imaginarias de alegría y ensoñación y futuro.
El tiempo con su paso introdujo el progreso que fue introduciendo poco a poco: ciudades en los espacios naturales amplios, carros en los caminos que eran chaquiñanes (antes eran rutas para recorrer a pie) casas grandes con verjas metálicas y humeantes chimeneas contra el frío, fábricas variadas con amplias instalaciones para elaborar: telas, bebidas, herramientas, autos….
Para este progreso se utilizó diferentes energías de apoyo: carbón, gasolina, diesel, petróleo, gigantescos edificios de hormigón y cemento; siguió creciendo el avance industrial y las comodidades citadinas para sus habitantes.
En una advertencia de reclamo e impotencia los paisajes cambiaron en la naturaleza, desapareció el verdor en las ciudades, el cielo es azul dejó de ser límpido y puro; esta visión sólo hay en contados sectores y tiempos porque una pesada nube oscura de smog lo cubre progresivamente en las ciudades. Hay dos participantes en estos cambios: la energía del sol y la energía que refleja la tierra. En relación amistosa: la atmósfera absorbe una parte de sus rayos y el resto es reflejado al espacio, mientras hay equilibrio entre atmósfera y rayos solares.
Pero aparecen los malvados actores producidos por el humano: los contaminantes primarios del aire: el óxido carbónico que sale al quemar gasolina, diésel y biomasa, los fertilizantes artificiales con derivados del nitrógeno también dañino, la putrefacción de materia orgánica en basureros pone el gas metano. Son los contaminantes que hacen el smog y el ozono en la fabricación de refrigerantes, solventes, sprays: los cloro flúor carbonos, CFCs.
El agua que se evapora de mares y lagos; está en la atmósfera pero no la contamina.
Los contaminantes creados y dañinos rodean a la tierra, la atmósfera permite el ingreso de la radiación solar, absorbe ciertas ondas para enviar el resto a la atmósfera y actualmente las tiene que regresar a la superficie de la tierra porque el aire no está limpio como antes y produce el EFECTO INVERNADERO O CALOR GLOBAL que con las radiaciones que retiene produce daños en la piel, en los ojos, en la salud de los seres humanos.
El hermoso país de América del Sur, sigue siendo bellísimo y variado porque es el Ecuador nuestra Patria, lamentablemente también participa en el deterioro del valioso aire que se respira.
Gitana del Viento
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