En la sabiduría de la Naturaleza todo lo que existe tiene un rol determinado en ella, sea con vida o sin ella (piedras, minerales, agua). Cumplen permanentemente sus roles que mantienen la armonía y belleza que cautiva a quienes observan y las descubren, siempre posee un ámbito de funcionamiento perfecto y oportuno, mientras no interviene el depredador humano.
Uno de ellos es el aire que se mueve de un sitio a otro, por variación de presión atmosférica o cambios de temperatura; formando el viento que, sin tener forma material física, circula de acuerdo con el movimiento de rotación terrestre y es percibido por todos. Hay vientos constantes Alisios o vientos del Oeste y otros con diferentes nombres según su procedencia.
Si la tierra estuviera quieta, los vientos serían según la gradiente de presión atmosférica siguiendo de altas presiones a bajas presiones. El movimiento de rotación produce el efecto Coriolis, que hace curvar el aire hacia la derecha de su movimiento en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur. El viento tiene variaciones por la forma de la tierra, distribución de los océanos y continentes que generan zonas de altas y bajas presiones.
La velocidad del viento se mide en la escala Beaufort en km/h. De aquí nacen los calificativos de vientos temporales: duro, fuerte, muy duro (borrasca), huracanado (puede producir tornados, ciclones). Se originan en tempestades muy fuertes a veces con descargas eléctricas. Su valiosa energía eólica es renovable, reduciendo el uso de combustibles fósiles acorde con la preservación del medio ambiente
Al margen de las características del viento, su papel en nuestra vida sobre el planeta tierra tiene en este fenómeno climático, una verdadera información y comunicación valiosa del clima y del trato y sufrimiento de la tierra, ante el comportamiento humano.
Todos los habitantes percibimos y disfrutamos claramente el acercamiento de la delicada brisa con sus mensajes de paz, tranquilidad y dicha, que cada vez son menos frecuentes en su delicadeza por el descuido humano del medio ambiente. Se están manifestado periódicamente con más fortaleza: las ventiscas y los huracanes con un llamado de atención a sus habitantes por la falta de cuidado y respeto a la Naturaleza Impoluta, en la búsqueda personal de superioridad entre la gente.
Hay ciclones destructivos y simultáneos con clamor audible y desolador, como doloroso y silencioso llanto de impotencia, para evitar enfrentamientos armados entre hermanos de la raza humana, generando fuertes y largos huracanes que revuelven todo en su afán de colocar las cosas en orden perfecto y natural, sin ningún resultado en la mente y acciones humanas….
Recuperemos la Hermosa Naturaleza que se conoció antaño conscientemente, en las suaves caricias de la brisa, susurrado en el oído enamorando mensajes de amor. Tratemos de disfrutar el dinámico agitarse del cabello y ropa con el cálido beso del viento en campo abierto en el amplio espacio verde de altas cañas, madurando para regalarnos más tarde sus choclos. Descubramos con gratitud en los vientos más fuertes, la mágica tarea del viento para transportar fertilidad entre las plantas.
Decididamente: El viento es mensajero de bondad y esperanza, pero también advierte y actúa enérgicamente por el descuido de los terrestres habitantes, con enojo en los huracanes, ciclones y fuerza de destrucción para todos los pobladores de la Tierra, sin hacer excepciones de lugar, temporada o habitantes.
Hay que admirar, comprender y aprender los mensajes del viento, para disfrutar e interrelacionarnos con el lenguaje de los fenómenos naturales que nos acompañan siempre, que tratan de contactar en sus manifestaciones inesperadas no comprendidas, para persuadir a todos y cada uno de nosotros, en su propio idioma, la dirección correcta y oportuna que deberíamos esforzarnos en atender y comprender para descifrarlo, acoger y mejorar corrigiendo oportunamente los errores que estamos acumulando, con el pasar del tiempo.
Gitana del Viento
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