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Gitana del Viento

MEDITANDO EN SOLEDAD


El ciclo de cada vida está pasando con su ritmo y las secuencias establecidas sin detenerse, con múltiples enseñanzas y experiencias: luminosas y grises, alegres y tristes, activas o lentas; el tiempo corre en días, meses, años, va dejando en cada ser vivo huellas de vida, instrucción, emociones y enseñanzas…que quedan en el archivo oculto y sensible de cada persona.


Indiscriminadamente: en infantes, jóvenes, adultos y mayores sin percibirlo van acumulado para cada uno como ahorros: tiempo valioso o desperdiciado, producen intereses y réditos de maduración o apreciación que son útiles en cada crecimiento, existe desgaste de vida y se tiene más años en el recorrido realizado y en la cuenta individual se está envejeciendo.


Meditemos un momento a solas, cada uno de nosotros en este período transitado aquilató conocimientos, sabiduría, sentido común y por tanto somos actualmente: ¿más sabios? ¿más experimentados? ¿más viejos? o sencillamente más humanos.


Los múltiples caminos recorridos en cada año fueron útiles, estimulantes o de aprendizaje consciente en la realidad, que invitan a meditar y analizar cada tropiezo y dificultad con enseñanzas: los sufrimientos y su consuelo, los fracasos y su superación, los logros y cada horizonte. Desde luego por ser una ruta ya caminada y conocida impone utilizar sus lecciones con proyección útil para el futuro que continúa llegando.


Es momento de analizar para sí mismo y dar valor a lo que se hizo bien y oportunamente en este tiempo, para proyectarlo ampliarlo o repetirlo y mejorar.

Pero en el otro lado de la moneda, es hora de evaluar lo que se dejó de hacer o no se hizo bien, para crear la nueva oportunidad de corregir y repetirlo cuidando los detalles que impulsan hasta alcanzar un resultado exitoso.


Es necesario comprender/valorar la unidireccional ruta del tiempo procurando ser proactivos en ella, sembrando hábitos de estudio y cumplimiento, cronograma de acciones y ejecuciones sabias, espacios para cultivar sentimientos humanos para sí mismo y los demás; descubrir la alegría de vivir responsable y honestamente. En definitiva, poner más tiempo a los años que se nos ha permitido estar presentes.


Meditemos en silencio: al ir culminando cada período adicional de nuestras vidas hay que manejar conscientemente cada etapa de maduración y conocimiento que nos regala el tiempo, laborando en ella sincera y responsablemente en relación directa con cada paso que aún se puede dar, mientras se camina por el sendero de la existencia.


Es estupendo sentirnos con vida para pensar, analizar y disfrutar del ayer provechoso, del hoy activo presente para soñar con el luminoso y promisorio mañana. El encuentro callado consigo mismo es la meditación en soledad con introspección personal, sembrando con confianza lo que sí se puede realizar cuando llegue el futuro.


Gitana del Viento

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