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Gitana del Viento

LA MAGNANIMIDAD


El valor humano de la Magnanimidad no es bien conocido y menos entendido y su definición tampoco nos guía en su comprensión, al calificarla como “espíritu grande”. En realidad, es la predisposición personal, para hacer o ir más allá de lo propuesto es considerado “normal” y entregarse en lo planteado con excelencia, hasta las últimas consecuencias. Realizar o emprender sin recelo con eficiencia, para avanzar en un propósito, a pesar de las dificultades que se aceptan como desafío.

Actualmente de acuerdo con lo que se vive, hay tendencia a la conformidad de lo que está ocurriendo en el día a día con indiferencia. En la magnanimidad se descubre un ánimo grande, que se representa con la búsqueda sincera de su perfección y ejecución como persona auténtica, con la entrega total de conocimientos y acciones correctas y oportunas. Es un afán interior de servir a los demás oportuna y excelentemente con total desinterés.

La Magnanimidad es el ánimo de cumplir con el auto propósito de hacer lo que es debido, superando las consecuencias como ser humano; hay entrega total de sí mismo para servir a los demás desinteresada y óptimamente. Ignorando las críticas, porque considera bueno y útil para la colectividad y desde luego, tiene la capacidad para afrontar los retos pacientemente, pero con perseverancia, conocimiento y alegría con buenos modales; que son características de su personalidad.

Para el magnánimo: su grandeza de espíritu sabe disculpar sinceramente sin considerar la naturaleza del mal recibido, porque no evalúa el entorno de la ofensa o el mal recogido; simplemente comprende, olvida los agravios y críticas, para vivir en armonía con todos.

Está consciente de su propósito y desempeño, ya que enseña a los que le rodean a vivir el perdón y está apto para lograr su propia paz interior. La persona magnánima no encuentra tareas de diferentes categorías, son acciones factibles; actúa con la convicción de cumplir con altura un compromiso y es un deber personal con el que actúa naturalmente.

Un ánimo grande aleja de él todo resentimiento, crítica o envidia, superando siempre animadversión, rencor o envidia, tanto como el temor a la crítica por hacer lo que él considera apropiado y deber personal de ejecución y cumplimiento.

Como ser humano magnánimo: apoya socializando a quien goza de menor simpatía en el grupo, es cortés, colaborador y realiza toda clase de asistencia, apoyo y trabajo.

La magnanimidad es un ánimo noble y grande del ser humano que aleja de sí envidias y resentimientos, no le importa la crítica, proporciona la capacidad de afrontar y superar grandes retos con perseverancia, entereza, sobre todo con alegría y desde luego con buenos modales, que son reconocibles siempre, como rasgos específicos de su personalidad.

Ser Magnánimo, es el don de un valor enorme, porque aleja de sí todo resentimiento o envidia y proporciona una capacidad exclusiva de alegría, paciencia y perseverancia. Con el límpido anhelo de vivir en armonía comunitaria.


Gitana del Viento

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