La maravillosa simiente de la afición científica tiene en todo lugar un fértil terreno en la niñez, que se encuentra manejando ya pausadamente la lectura, fuente inagotable del conocimiento, dinamismo y progreso humano. Los infantes son sin duda potenciales y promisorias semillas potentes para el cultivo de la investigación siempre miran en detalle, escuchan en silencio y captan lo transmitido, pues son dueños inagotables de sincero interés y curiosidad infinita para todo lo que les rodea, con interrogantes permanentes y frecuentes de lo que capta su mirada o palpan sus manos. Es decir, son Investigadores Natos del entorno que les rodea. Están provistos sin lugar a duda, de un joven cerebro ávido de aprendizaje con apoyo demostrativo y explicación ampliatoria; que tiene el poder de concretar en su mente cada tema. Pertenecen al sensitivo y tierno grupo humano inquieto y necesitado de aprendizajes, enseñanzas y explicaciones en su temprana formación, donde se generan los caracteres y acciones del futuro humano cosechados durante el tiempo de maduración: pueden llegar a ser emprendedores, curiosos, proactivos, investigadores constantes, interesados e inquietos, con el gran fertilizante del ejemplo, guía, estímulo familiar y sobre todo docente.
La Ciencia y sus investigadores en general, se esfuerzan permanentemente por descubrir y explicar múltiples interrogantes, para dar sentido a todo lo que ocurre alrededor y en el interior de las personas. A través del recorrido de la investigación positiva y organizada: con certeza, paciencia, experimentación y demostraciones; llegan a comprender y valorar las múltiples razones lógicas de la infinidad de fenómenos que ocurren permanentemente y que averiguando se va conociendo y aplicando, apropiada y exitosamente a la cotidianidad actual. Evaluando los progresos científicos, es oportuno para acercarse al fresco manantial humano de capacidades ilimitadas infantiles, nutrir pacientemente la inquietud investigativa y posibles aplicaciones e innovaciones utilizables. Me refiero al potencial grupo infantil escolar que, en medio de la mayor pureza de ideas, conserva la capacidad de sorprenderse y deseo innato de hallar el ¿Por qué de las cosas? En ellos no existe el temor a lo que desconoce, porque su riqueza mental no tiene tiempo para huir, porque el aprender y revelar son móviles que guían a los niños a ser buscadores de razones y explicaciones de todo lo que ocurre.
Están ubicados en el primer peldaño de la investigación con alegría, curiosidad y un sano deseo de conocimiento, pilares fundamentales de descubrimientos y leyes lógicas y verdaderas para cada experiencia. Aproximarse a la orientada investigación de los infantes requiere siempre: paciencia, atención del adulto, comprensión y calidad de explicaciones; con demostración y justificación de lo que pasa. Impulsar el aprendizaje es dar tempranamente el elixir de la juventud que remoza el alma, da alegría y salud a la vida cultivando interés, comprensión y el límpido deseo de entender casi todo, hacia un pensamiento coherente y la interiorización científica.
Es positivo y estimulante el acercamiento serio hacia la formación de los niños, con métodos que capten su interés automáticamente y con sorpresa, con demostraciones visibles y novedosas de temas concretos y evidentes, generando automáticamente en ellos: inquietudes, preguntas e interés personal. Son seres humanos curiosos por naturaleza, con un gran futuro si se los guía e incita con oportunidad. Sembrando, cuidando y aplicando el razonamiento lógico y puntual en la infancia, e ir descubriendo la capacidad innata de ellos que lograrán por etapas: metas valiosas de investigación científica infantil; pues en su mente todos los niños tienen una enorme curiosidad investigativa creativa, que bien guiada, dará frutos de valiosos descubrimientos e innovaciones al futuro en este planeta o más allá. El Mañana los aguarda en toda sus potencialidad.
Gitana del Viento
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