Los seres humanos iniciamos la vida en el mundo: en la fecha del día en un mes, de un año y entramos en ella sin preparación para vivirla, sin conocimiento de lo que se nos ofrece. Sin senderos que recorrer, ni metas que alcanzar.
El amor, paciencia y dedicación de los progenitores, nos convierte en aprendices del existir, gradualmente se conoce y atesora lecciones cotidianas, que se enriquecen con las experiencias y enseñanzas. Así se nos prepara para los primeros pasos y los que seguirán; con apoyo y consejos útiles para incorporarse en el existir.
El estudiar, ser mejor, aprender y ser útil; están siempre en el presente: en el hoy; que tiene tiempo limitado para ser aprovechado y que se termina en 24 horas. Conscientes de su finitud, un mensaje fundamental hay que atesorar en cada interior responsablemente: conocimientos y experiencias que incrementan la visión de la realidad.
Todos tenemos en sí mismos: sentimientos y emociones; en cada hoy damos y recibimos: afectos, reproches, tristezas, alegrías, éxitos y fracasos; sustento clave para lograr la sapiencia de cada ser humano.
El hoy es en verdad lo único auténtico, real y concreto que se dispone. Es oportunidad puntual de esforzarse, aprender, superarse con responsabilidad; perdonar, ayudar, ser sincero. No debe ser desperdiciado, porque tiene un lapso sólo de horas, aprovecha ahora, el mañana es una ilusión, que nadie garantiza el alcanzarlo siempre.
Estos tiempos limitados, no impiden que con optimismo se visualice el mañana, buscando el mejorar como persona; para proyectar al futuro que se espera alcanzar. Es reconfortante y estimulante planificar un mañana diferente al presente: solucionando tropiezos, aportando innovaciones y experiencias personales, para aplicarlas en cuanto llega el nuevo hoy.
El deseo de perennidad humana, nos empuja a pensar y soñar en el después de mañana, para que así cada existencia tenga una trayectoria larga y significativa.
No importa cuando se interrumpe este camino; ya que en el “paréntesis de vida” que duró, proporcionó la oportunidad y satisfacción de disfrutar cada fase de ella, si se cumplió con dedicación, conciencia y gratitud, con el privilegio de haber vivido.
Nuestra actitud permanente debe ser directa y segura: HOY: ES ACCIÓN aplícala, MAÑANA: SERÁ PROYECCIÓN suéñala, DESPUES DE MAÑANA: UNA ASPIRACIÓN trata de alcanzarla.
Gitana del Viento
Comments