El ser humano disfruta cada mañana con múltiples sensaciones, actitudes y experiencias variadas: entusiasmo, optimismo, confianza y más de una ocasión en cada jornada, se presentan eventos que transmiten pesimismo, dudas, inseguridad. Pues siempre están presentes los dos polos existenciales, balanceando la realidad.
Los sentimientos como las acciones son reales, son episodios verdaderos y actuales: posibles e imaginarios mientras se vive el presente, asimilando paso a paso el desarrollo de cada vida y catalogando como momentos felices o estimulantes, etapas de tristeza y desánimo. Así se va “estrenando cada nuevo día.” Con el anochecer en la oscuridad hay el descanso: se recuerda lo vivido y con algo de confianza o depresión se concilia el sueño, que tiene la virtud de alejar la realidad de las personas con mágica imaginación y regalo de capítulos diferentes; muestra eventos de tranquilidad, alegría y confianza; para inaugurar confiados la mañana siguiente.
Con la claridad mañanera, surge en la mente de cada persona el brillo de una luz secreta: pensar y soñar en un futuro positivo, que a pesar de ser intangible, es luminosidad que guía el camino que se espera recorrer con entrega, convicción y confianza. Surgen y se acumulan sueños y esperanzas optimistas, que son proyectos reales y factibles para lo que será realmente el nuevo día cuando se materialice en el tiempo. Buscando siempre cumplir con la meta buscada y de manera concreta: con cada vida humana.
Al pensar en el futuro se hace propósitos y acciones grandes, con ejecuciones posibles y con logros alcanzables pero lejanos. Se enciende e ilumina la luz mental, con el objetivo de que sea realizable en el futuro, para dar cumplimiento de lo que se espera obtener.
Son propiedad individual los sueños de aspiraciones naturales y positivas; desear un futuro exitoso, estimulante y feliz. Para trazar y concretar la ruta correcta y segura para lograrlo, es necesario perseverar en su búsqueda con conocimientos, experiencias y voluntad, con respaldo real de constancia y oportunidad.
Para conquistar la meta soñada, hay que planificar, proyectar y probarlo individual y personalmente en el presente, coordinando: saberes, ejemplos, madurez. Superando más de una vez tropiezos inesperados y desafíos difíciles, que son fases cotidianas en el avance de cada nuevo día de vida. Al realizar las acciones correctas y orientadas a lo efectivo valioso y útil: se va a moldear el mañana mientras se vive el hoy, único tiempo real y auténtica materia prima, que se posee efectiva y verdaderamente en el presente. Esto ayuda y permite superar cualquier error o desafío del momento, para crear innovaciones oportunas.
Es innegable, optimista y estimulante vislumbrar y obrar en el nuevo día, actuando con eficiencia desde el principio; hay que buscar e incorporar más herramientas con el aprendizaje de lecciones y enseñanzas en el hoy manejable. Perfectible y útil para cada uno evitando que ningún escollo o motivo detenga: la ilusión y seguridad de un futuro mejor en el nuevo día de vida que se está construyendo personal y paulatinamente.
Gitana del Viento
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