Esta celebración tiene su origen en Estados Unidos cuando los ecologistas y organizaciones similares de cuidado de la Naturaleza, con base en una investigación seria del planeta en el que se vive actualmente se comprobó su deterioro y descuido terrestre.
Para que las personas valoren y asuman la responsabilidad humana del entorno en que se vive, proclamaron el 22 de abril de 1970 el Día Mundial de la Tierra, se hizo internacional en 1990.
Es evidente la destrucción de ecosistemas, así como la contaminación presente en muchísimas partes del medio ambiente y del mundo entero también de la tierra, que amenaza con la terminación de especies animales, vegetales y aún humanas; si no se procede inmediatamente y desde cada espacio personal al cuidado de nuestro Gran Hogar la Tierra. Se adjudica un día anual para la concienciación por 24 horas del significado de este generoso espacio para cada ser humano.
A pesar de que es un planeta que gira alrededor del sol, reacciona como un ser vivo completo frente a las agresiones; tanto a la tierra como a su vegetación y a sus seres vivientes presenta su dolor y resentimiento defensivamente; responde con sequías severas, lluvias incontenibles, aguajes, desaparición de especies animales y vegetales, demostrándonos que está enfermando de contaminación e irrespeto, clamando por una cura oportuna o por una muerte digna.
Sin embargo, poco o nada se hace para “curar” la tierra y se contamina también sus superficies con diferentes químicos de fertilizantes para el suelo o plaguicidas en sus cultivos, evidentemente tiene más sentido la producción y ganancias a costa del sacrificio de la Tierra.
Recordemos individualmente cada año en abril 22 Día de la Tierra, en un consciente y honesto análisis para auto respondernos: qué se ha hecho por Ella en el tiempo y los años que nos ofreció la vida. ¿Cuál sería el proyecto de remedios, para curar a la tierra enferma en los tiempos que vendrán?
Gitana del Viento
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