La más noble y productiva siembra que deben hacer todas las personas y da frutos ciertos, ocurre y germina con semillas interiores propias que posee todo ser humano siempre: si cultivas bondad, cariño, auto validación, respeto y amor en tu corazón; cosecharás bellas inquietudes y múltiples realizaciones. Si siembras generosas acciones, es simiente que da frutos construyendo un tapial como fortaleza, contra los sentimientos perjudiciales de enojo, rencor e incompetencia.
El más productivo y ennoblecedor cultivo, es esparcir las semillas de educación y preparación humana, que se fructifica en cada vida con acciones oportunas, para afrontar la vida despejando los prejuicios, los errores; la ignorancia. Instruirse te libera de la oscuridad, de la equivocación, el desconocimiento y los traspiés.
El ávido terreno fértil para las semillas es apropiado y oportuno en toda persona y la simiente de amor, bondad, tolerancia y comprensión son mensajeras activas para que, en la sufriente humanidad, fructifique el brillo de la paciencia, el conocimiento y la comprensión para seguir la marcha de la vida, con el corazón lleno de piedad, ternura sabiduría y certeza, generando una trayectoria de acciones feliz.
Es forzoso preparar y limpiar el terreno que se va a cultivar, desbrozando los prejuicios de cada uno, las tinieblas del error, la equivocación y la “hierba mala” de la ignorancia. Aprender e instruirse nos hace libres de la oscuridad del fracaso, aprender cada día, da la liberación genuina que puede hacernos grandes, acertados expertos en el viaje de la vida, con actitudes límpidas y encantadoras.
La simiente que va serenamente a terreno limpio y fértil crece y florece con frutos de apoyo y dicha, que amplían la apreciación individual de la razón y beneficio de cada existir. Ya que no hay ser humano que, habiendo cultivado semillas de mejoramiento propio, coseche frutos negativos o perjudiciales.
Es un desafío cumplir viviendo: acopio de conocimientos apropiados, sentimientos sinceros y nobles, realizaciones correctas y útiles, generosidad desinteresada, solidaridad auténtica, definitivamente crear en sí mismo un invernadero de semillas útiles y valiosas para toda ocasión con las personas con quienes nos relacionamos.
Es obligación formal y honesta de todo ser humano: enriquecer el bello invernadero de sentimientos, acciones y lecciones valiosas que están en mente y corazón individual, con la magna opción de tener suficientes “semillas” para honrar cada vida, con el cultivo indispensable de poder esparcir en toda comunidad el fruto secreto de la gran calidad de sus individuales simientes de progreso y Paz Vivencial.
Gitana del Viento
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