Siempre que se va a realizar una tarea se busca respaldo de conocimientos, experiencias y/o enseñanzas que brinden el apoyo deseado, para alcanzar el resultado apetecido. Indudablemente el trabajo a ejecutarse tiene una base de información y estudio, acumulados en cada saber; es decir hay un punto de partida, que se ha cimentado durante el tiempo de esfuerzo, aprendizaje y superación.
Al pensar en el profesional, se hace hincapié en la formación teórico-práctica que adquiere, procurando lo mejor. Sin embargo, los cimientos significativos para una vida con sentido existencial se hallan en los sentimientos sinceros y puros, que palpitan en el pecho y que se manifiestan sin dobleces en la conducta que demuestra los principios eternos de: verdad, honestidad y compromiso.
El fundamento de una vida digna y satisfactoria está en la estructuración de la persona durante su cotidiana trayectoria; en la que no faltan: triunfos y derrotas, alegrías y tristezas, éxitos y fracasos, en fin, experiencias que ponen a prueba fortaleza y valores humanos.
Claro que cada lección de vida enseña y afirma los cimientos de cada existencia; los mismos que al tratarlos por ensayo-error, rectificación- mejora, afirman con certeza y claridad, la ruta que se seguirá mientras se vive.
Si superarse en conocimientos y experiencias es una obligación; cimentar cada existencia de manera consciente es ley moral; ya que sólo así se recuperará al ser humano dentro de la grandeza que le dan las facultades con que está dotado.
En la formación del carácter personal está inicialmente la familia, con la guía y compañía de los padres quienes directamente transmiten con interés y ejemplo, enseñan y cultivan las raíces fundamentales para la fijación de cimientos garantizados y fuertes para la construcción una vida productiva, útil y satisfactoria. Se sustentan de forma natural en los sentimientos de comprensión, cariño y respeto que darán base firme a una personalidad firme y con amplias proyecciones.
Con la seguridad que da la confianza por la atención y afecto recibido, se desarrolla la persona fiable, íntegra y honesta como el edificio que va ascendiendo al cielo porque tiene fuertes y seguros cimientos del buen vivir.
Gitana del Viento
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