Los seres humanos nos hemos encargado de alterar el camino correcto de la Naturaleza y Vida, con el tiempo nos hemos tornado en individuos especiales y aislados, desconociendo: sentimientos, derechos y formas de vida. Personalmente, se ha creado una barrera de desconocimiento y respeto mutuo, somos actores directos del curso que va tomando la Existencia. Busquemos la Paz. Ella viene escrita en la sabiduría de la Naturaleza y la Buena Voluntad Humana.
Paso básico y edificante: es la Paz Interior que se va cultivando en mente y corazón, con el pasar de los años y madurez personal, sus lecciones son: la acción cotidiana, que se realiza con honradez, veracidad y honestidad. Crece y mejora si se incorpora: respeto, solidaridad, convicción y constancia. Actitudes de comprensión de vida que dan dicha y satisfacción, si junto al progreso personal se adhiere: solidaridad, colaboración y hermandad humana en la comunidad; así se realiza la siembra de la Paz personal.
Es entonces el momento de buscar la Paz Colectiva que requiere: respeto, amistad y sinceridad. Poseer y compartir ideales nobles para su convivencia. Y cuando hay incertidumbre o ausencia de Paz buscarla acercándose a mirar la tranquilidad y grandiosidad de la Naturaleza Impoluta, que transmite generosamente: Paz con demostraciones evidentes y pausadas, en los luminosos días soleados: está pintada hábilmente la Paz en la celeste diafanidad del Cielo que tranquiliza, delicadamente adornada con tímidas nubes de confianza. Es un claro mensaje de apoyo, atención y enseñanza. También hay Paz en el murmullo susurrante de los ríos, en su permanente e incansable recorrido por senderos conocidos, direccionados hacia la inmensidad del gigantesco mar.
La Naturaleza nos educa hacia la Paz en todas sus manifestaciones y nos corrige al ignorarla, con las oscuras nubes que envían sorprendentes modelos de castigo, por ignorar la necesidad de Paz. Sin embargo, no puede detener la musicalidad del trino de las aves; ni el vaivén del trigo maduro, ni la imponencia de los añosos árboles. Señalando y exigiendo el respeto a la única ruta de supervivencia del hombre: vivir en Paz tanto entre humanos como con la Naturaleza.
Se debería atender los mensajes que envía el rápido viento ágil e incierto y lo traducen las múltiples hojas de esbeltos árboles al moverse y también la tímida hierba de los campos que se inclina silenciosamente, con bellos sonidos de fe y confianza, que sólo en Paz se los percibe y valora.
La Paz es el ideal sublime de días mejores, sosiego material y espiritual, con sentimientos profundos que se comparten cultivando bondad, fe y esperanza. Viviendo en Paz hay tranquilidad y solidaridad para compartir cultura, progreso y civilización, es base para superar la formación humana en lo perceptible, científico y cultural; que unidos hacen surgir el Progreso y Avance de la Patria. Los habitantes cobran impulso, fortaleza, solidaridad y constancia, apoyan y adelantan la Civilización Colectiva.
Creo en la Paz auténtica, porque es el mejor obsequio y oportunidad que proporciona a cada persona y sociedad la vida en el sentido de la validez del vivir, sembrando en cada corazón la certeza de haber aprovechado el pequeño paréntesis existencial, disfrutando el don innato de vivirlo confiada y felizmente en Paz.
Todos tenemos derecho a tener un poco de Paz Vital, aunque sea algo incompleta porque no hay la paz íntegra sobre la Tierra, lo que se maneja cotidianamente es apenas la tranquilidad que brinda espacio parcial para la Cultura, la Ciencia y Arte, individual, familiar o colectivo
Para alcanzar metas más grandes y útiles viviendo dignamente, seamos actores directos de buscar y cuidar la Paz, sembrándola cada uno prioritariamente a Ella. Más aún, debemos convertirnos en verdaderos verificadores y actores de la Paz Social que se requiere para el Progreso, Cultura y Confraternidad humanas de la Patria, sin olvidar los sentimientos; verdadera y valiosa esencia humana interior. La Justicia nos hace razonadores y seguros en el caminar diario, pero humanos perfectos: sólo cuando se vive en Auténtica Paz.
Gitana del Viento
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