La Autoestima o Autovaloración, tiene la apariencia de ser individualista, pero es lo que se aplica para mejorar como persona, con una mayor apreciación existencial. En cualquier momento es útil también para la comunidad, porque lo aprendido es apoyo para guiar a los demás hacia la superación personal.
No se fundamenta en la seguridad de las capacidades individuales, sino en el profundo conocimiento real de sí mismos, es considerada útil para reafirmarse como seres capaces de logros y objetivos orientados a metas propuestas. Hay el riesgo del interés particular de sobresalir en el grupo con resultados dudosos.
La vida transcurre entre éxitos y derrotas, dificultades y facilidades, la autovaloración es el valor humano de tener la certeza de cada cualidad personal, fortaleza para vencer dificultades, si caer en el desaliento, inseguridad o pesimismo.
Para que sea una certeza de vida debe tener bases sólidas de apoyo y conocimiento focalizado en la meta propuesta, porque si es exclusivamente búsqueda de éxitos, posición o aceptación social, constituye una herramienta temporal para fines momentáneos.
Es indispensable la honestidad interior para dar valor a cada vida, sin ser un concurso para ser mejor o peor de los que nos rodean. Como ser humano se tiene valor por lo que se es auténticamente y no por lo que “parece ser”.
La Autovaloración se cultiva y alimenta en cada interior pensando exclusivamente en las acciones, circunstancias y como se presentan, guiados por emociones y sentimientos auténticos y propios. Tratando siempre de tener la certeza del recorrido recto y verdadero en todas las acciones.
Si se tiene la conciencia del deber cumplido seriamente, se adquiere la seguridad de la autovaloración auténtica y efectiva que proporciona la certidumbre adquirida en el obrar y actuar cotidiano.
Se debe apreciar y destacar las aspiraciones, metas y planes, visualizando con optimismo logros y ejecuciones, que dan la sensación humana de ser triunfadores en la competencia de la vida. Percibiendo admiración y respeto de los que nos rodean desde luego con una visión realista y objetiva, forjada en el conocimiento auténtico de las cualidades y capacidades que se poseen.
Indudablemente es deber y obligación de toda persona reconocer, cultivar y realizar honesta, sinceramente y con oportunidad todas las capacidades y habilidades que como persona ha sido dotada, desde que ingresó a este mundo de la vida.
Es un apoyo vital de evidencia, seguridad y tranquilidad existencial, ser merecedor digno con esfuerzo personal para mantener y mejorar constantemente cada auténtica y satisfactoria Autovaloración, como un aporte de Gratitud hacia la Vida tranquila que se conquista.
Gitana del Viento
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