El Valor de la Serenidad al parecer está presente, en personas que tiene pocos tropiezos y dificultades; más la realidad es que todos tenemos problemas y diferentes maneras de afrontarlos. En verdad parece un desafío en medio de tantos problemas y contratiempos, el poder conservar la serenidad para salir de ellos. El valor humano de la Serenidad permite mantener un buen estado de ánimo apacible, a pesar de situaciones adversas sin desesperarse; reflexionando cuidadosa y resignadamente procurando evitar, exagerar o minimizar los tropiezos. Aparentemente la serenidad sería útil solamente, para las personas con pocos problemas y no es así.
El manejo de la Serenidad Oportuna mantiene apacible al estado de ánimo, también en circunstancias muy adversas, sin exaltarse ni deprimirse; descubriendo soluciones luego de una cuidadosa y tranquila reflexión; sin exagerar o minimizar el problema. Evitando caer en la desesperación e impaciencia, que puede afectar individualmente y también a los demás.
En realidad: todos tenemos permanentemente desafíos y responsabilidades. Aplicando conscientemente un estudio serio de la dificultad, a través de un detenido análisis y correcta valoración que genere un cuidadoso examen y reflexión, permitiendo no engrandecer o minimizar los problemas que permitirán entonces, afrontar sesudamente el contratiempo y hallar soluciones sin deprimirse ni exaltarse; a través de una respuesta oportuna y apropiada. Para afrontar problemas, responsabilidades y respuestas acertadas y pertinentes, se impone buscar respaldo y consejos de personas confiables; descubriendo así respuestas acordes con la razón, verdad y justicia. Desde luego es necesario concretar siempre determinadas obligaciones, labores y/o actividades, que permitan dar libertad mental procurando salir del círculo vicioso, para poder analizar calmadamente la realidad del conflicto.
No se debe alejar de amigos y parientes o personas que nos rodean, ni descartar los pequeños o grandes apoyos y consejos con los que procuran ayudarnos, compartir y respaldarnos. Es entonces un luminoso camino amable y sentido, para salir airosos en los problemas cotidianos.
En más de una ocasión se ha experimentado la distracción en determinados problemas sin percatarnos, pero al retomar conscientemente, la dificultad se ha superado y el pesimismo y ansiedad se están renovando y fortaleciendo para seguir adelante.
Aplicando nuestra capacidad con la Serenidad que siembra en sí mismo fortaleza, entereza y dominio propio que facilitan: soportar, afrontar y superar la adversidad. Con la certeza de, sin deteriorar el trato e interrelaciones positivas con nuestros semejantes. Se aprendió a manejar con Serenidad el vivir armoniosamente consigo mismo y con los demás, así como Afrontar Dificultades con valentía.
Gitana del Viento
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